
“Pudimos cumplir con todo lo que nos pedía el CONAE y el INVAP, eso nos llena de orgullo”, destacó el ingeniero sobre el rol del Grupo de Ensayos Mecánicos y Aplicados (GEMA) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata.
Sobre el lanzamiento, explicó: “El satélite salió de Estados Unidos pero salió para el sur y pasó por todo Sudamérica hasta entrar en una órbita polar que va de norte a sur. Da una vuelta a la tierra cada 90 minutos y puede tardar entre una y dos semanas en volver a pasar por el país”.
Con respecto a las funciones del satélite, Actis señaló: “Nosotros terminamos nuestro trabajo cuando vemos que todo está bien y ahí comienzan a trabajar otros científicos procesando los datos de la antena que manda una onda y rebota en la Tierra permitiendo obtener distintas variables. Por ejemplo, de acuerdo a cómo penetre se puede calcular la humedad del suelo, además construye una imagen y genera una foto con ondas, como si fuera una ecografía”.
“No importa si es de noche o si hay nubes porque las ondas la penetran. También puede recabar zonas inundadas, la variación del tamaño de los glaciares o hasta detectar un barco pescando en nuestro mar. Originalmente fue pensado para medir la humedad del suelo para la agricultura”, agregó.
Sobre el lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy ubicado en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, Actis comentó: “En este caso se contrató a SpaceX pero Argentina podría tener la capacidad de lanzar este tipo de satélites. El país estaba construyendo un lanzador y una base en Bahía Blanca, sería ideal poder completar el circuito para tener más soberanía y ahorrar millones de dólares”.
En referencia al proyecto Tronador, el lanzador de satélites argentino, el director del Centro Tecnológico Aeroespacial de la UNLP explicó: “Fuimos desvinculados en 2015, como muchos otros equipos de trabajo”.
“Ahora estamos esperando para ver qué hay en futuro, ahora no tenemos nada previsto para seguir en el grupo y eso es una picardía porque no queremos perder el recurso humano. Tenemos fe que estaremos en algún nuevo proyecto”, remarcó.
En cuanto a los costos de contratar a SpaceX, Actis explicó: “Al ser un lanzador comercial de otro país, los seguros son muy altos, no se puede poner tecnología propia totalmente porque exigen elementos certificados para vuelos espaciales y eso encarece los proyectos”.
Por último, el ingeniero aeronáutico destacó los beneficios indirectos de este tipo de desarrollos. “Este satélite comenzó a trabajar hace mucho tiempo, antes de ser lanzado, porque gracias a la investigación desarrollada INVAP pudo hacer los radares que controlan el tráfico aéreo en Argentina, algo que antes no se hacía. Estos proyectos derraman tecnología útiles para distintas ramas”, aseguró.